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Navegando por Internet, en busca de información musical, me encontré sin querer con una web en la que se publicaba un ranking de música, que lleva por título Top 50 Gay Albums of All Time, cosa que me llamo la atención, así que decidí echarle un ojo, para saciar mi curiosidad. Me lleve una sorpresa a encontrar, discos y artistas que no me imaginaba encontrar dentro de este Ranking.
Y porqué es que utilizo la palabra sorpresa. Porque dentro de mi algo irracional parecía despertar y con cierta vergüenza lo admito, ese extraño deseo de dejar en claro que, si bien me gustan esos discos y los artistas, yo no soy Gay.
Sin embargo al querer afirmar eso, me doy cuenta, que lo hago sobre todo para no ser señalado y acusado por esas voces anónimas, ocultas en mi inconsciente. Al parecer estoy siguiendo ese “adiestramiento”, que recibí desde que era niño, por un entorno con sus propias reglas tacitas o prejuicios solapados. Reglas que han hecho en mi presa, de una auto-regulación y auto-censura por de más extraña y ajena a mis deseos. Esa mirada fija que pone la sociedad en ti, esa mirada fija de los otros, que utilizan para regularte, lamentablemente muchas veces sirve para llenarte de prejuicios irracionales.
La pregunta que me hago ahora es: Que tiene que ver tus gustos musicales con tus preferencias sexuales. Porque y de pronto me incomoda que me pudieran señalar como Gay; por supuestamente, seguir esos parámetros y preferencias musicales.
Luego preguntaría acerca de la clasificación. Es cierto que algunas cosas están dirigidas específicamente hacia un público. Sin embargo no sé si esta clasificación es posible para la música. Ahora bien supongamos que así es, y “Valhaus” por ejemplo, este dirigida para el publico Gay. Acaso eso podría significar un impedimento real, para disfrutar del extraordinario performance de Morrisey, y perderme tontamente el aporte tan significativo de su música.
Y puedo llegar a abarcar otros aspectos más. No es propio de mi edad, no es propio de mi estatus social, no es propio de mi género, no es propio de mi "raza".
Acaso es lógico, esa necesidad de tener que justificarte, cada vez que quieras disfrutar de la música de tal o cual artista.
Tal vez solo este refiriéndome a gustos personales, que parecerían triviales (y tal vez lo sean), sin embargo, esto me hace reflexionar. Que otro aspecto de mi vida pudieron haber sido afectado por esta auto-regulación externa. Que actos de mi vida han sido dictados por mi propia lógica y razonamiento que no hayan sido regulado por las actitudes prejuiciosas que parecen alojarse en mi inconsciente.
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