Tercer disco de los Rusos, y por supuesto que se les esperaba; sino con mucha expectativa, si con una sana y latente curiosidad. Siempre es bueno escuchar a grupos que tienen un estilo propio bien definido, con notas musicales, inherentes tan góticas y fascinantemente sombrías, esos ecos en la voz de Vladislav Parshin y por supuesto; ese distinguible acento Ruso.
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